Lloro, más que por mí que por ti,
una lágrima de cal y otra de arena
me sale del ojo más izquierdo que derecho
más diestro que siniestro
Lloro por esta mañana que te vi
ambivalente, amándome y odiándome,
poniendo la otra mejilla
mientras por dentro sonreías.
Lloro por ese juego de estira y encoge
en donde el que pierde nunca paga
no hay derecho ni hay revés
ni pies ni cabeza